Generación multipantalla: ¿Cuánta exposición es recomendable?
Ya es una imagen tradicional observar a los niños y niñas usando al unísono el computador, el celular y el televisor.
Según la Encuesta Nacional Uso de tecnologías Escolares 2016 de Tren-Digital UC que encuestó a 10.933 alumnos de 7 regiones del país, casi el 60 % de los estudiantes reconoce manejar tecnología antes de los 10 años. Esto incluye su primer celular; abrir su primera cuenta en una red social y el uso de internet para tareas escolares. Desde séptimo año hasta el cuarto medio el 95,3 % de los alumnos tiene celular smartphone.
El uso de la tecnología digital no es intrínsecamente dañino y puede tener ventajas en un mundo conectado como el que vivimos, pero ¿Cómo podemos detectar que estos dispositivos se usen en exceso..?
Para la Neuróloga y sub especialista en Medicina del Sueño de la clínica Universidad de los Andes, Evelyn Benavides, el exceso de uso es cuandointerfieran con el trabajo escolar o las actividades que se realizan después del colegio.
“Conectarse más de una hora diaria para el cerebro es igual a la luz del sol. Si lo haces de noche para la persona es como si fuera de día, entonces se producen trastornos del sueño”. Afirma la Doctora Evelyn Benavides.
Lo adecuado es que una hora antes de acostarse el niño debe estar desconectado, con el fin de no interferir en la calidad del sueño. Antes de octavo básico se debe dormir 10 horas y media y en los adultos entre 7 y 9 horas. Hay que estar atento con los que tienen trastornos del sueño, pues disminuye su capacidad de aprendizaje. Su estado de somnolencia se mantiene entre las 8 y 10 de la mañana.
Para la Neuróloga Evelyn Benavides, de la clínica de la Universidad de Los Andes,las recomendacionesse relacionan con el tiempo de uso del dispositivo:
- Hasta las 2 años ninguna pantalla
- Hasta los 6 años 1 hora / 1 hora y media. Sin quitar actividad deportiva.
- De los 6 a los 12: 2 horas al día
- 12 a 15: 2 a 3 horas
- 15 en adelante: 2 a 3 horas
“Tiene que haber un adulto responsable. No puede ser que estén sin supervisión. No controlarlo lleva a obesidad, malos hábitos de sueño, trastornos del sueño, menor capacidad de aprendizaje, lo que empeora en niños con déficit atencional”, recalca la Doctora Benavides.
Para la Doctora más que la interacción entre el niño y el dispositivo, el problema es el contacto con la luminosidad y brillo de las pantallas. Quedan activados, irritables o contestadores. “Hay que intentar hacerles panoramas alternativos. Hasta los 15 años es muy importante porque se comienzan a redistribuir las funciones de las neuronas. Entonces hay que leer cuentos, usar disfraces, jugar con tierra, aplicar juegos tradicionales. En cuanto a la lectura es mejor los libros de papel, que la luz de los tabletas, pues interfiere con hormonas del cerebro que tienen que ver con los ciclos del sueño”, comenta la Doctora Benavides.
Y lo más importante: que los papas no reemplacen el rol del doctor y automediquen a los niños. Cuando cambian sus hábitos de sueño, es necesario consultar a un especialista. Lo peor es administrar pastillas para dormir a los niños por cuenta propia.
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